Domingo, 06 Marzo 2022

Volver a Los Cerros de San Juan

Grupo de invitados y anfitriones en el Almacén de Piedra

Hace unos días, volví a Los Cerros de San Juan. Había estado allí hace relativamente poco, el 19 de noviembre de 2021, en ocasión de la reinauguración de la emblemática bodega.

Por María Shaw

 

En esta ocasión, la invitación fue exclusivamente para algunos medios de prensa, lo que llamamos “Fam Press”, en la jerga turística, o sea un tour de familiarización. La responsable de comunicaciones de Los Cerros, convocó a un grupo de comunicadores de medios digitales, televisión, radio, e influencers, para una visita el sábado 19 de febrero.

El día lucía esplendoroso cuando arribamos a la bodega, en un bus que había fletado la empresa. Nos esperaba parte de los ejecutivos, encabezados por el gerente general Sergio Mora y Germán Guardado, gerente comercial de la empresa; el grupo de anfitriones también estuvo compuesto por el enólogo residente, Rodolfo Bartora; la arquitecta Anabella Díaz Armand Ugón, responsable de la puesta en valor y las obras de restauración edilicia de la bodega; Victoria Sagasti, directora del Almacén de Piedra y enoturismo; Natalia Rehermann, ejecutiva del departamento comercial; Johana Vásquez, guía de la bodega y Rossana Crosta, prensa y relaciones públicas. Cada uno fue importante para que nos sintiéramos bienvenidos.

Algunos datos: fue la primera bodega de Uruguay, fundada en 1854 por la familia Lahusen, inmigrantes alemanes que compraron 4 estancias, unas 9000 hectáreas en Colonia, entre el Río de la Plata y el río San Juan, de suelos con cantos rodados y piedra. Demoraron 9 años en cavar la antigua “cuna de piedra” que hoy se puede observar a través de vidrios en el suelo de la cava. En la goleta que los trajo desde Alemania, embarcaron barricas que luego instalaron en la bodega. En 1872 llegaron de Francia, toneles de roble que fueron albergados en la cava construida en piedra. Hoy, en barricas de similares características, el vino reposa por seis meses, previo a su estiba en botellas. 

Con respecto a la vendimia, -que comenzó en estos días-, la recolección de las uvas es manual, y se hace a razón de 15 kilos por caja de plástico, por lo que la fruta llega en excelentes condiciones, pasa por el despalillado y va a los tanques, donde comienza el proceso de crianza de los vinos. Los “top” van a la sección de “alta gama”. Hasta allí, parte de la introducción a cargo de Germán Guardado.

Luego nos adentramos en lo que en unos días será el “Visitors Center”; a un costado, sobreviven dos surtidores originales, de cuando por allí pasaba una ruta y paraba la “ONDA”!!

El enólogo tomó la posta para relatar que allí se trabaja con Riesling, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Gewurztraminer y Albariño; Cabernet Sauvignon, Merlot, Tannat, Tempranillo, Cabernet Franc y Marselán.

Explicitó que aún están en “proceso de reforma, ¡todavía falta!”. Y en el corazón de la bodega nos guió orgulloso, mostrando la renovación con la última tecnología “que se insertó en la antigua bodega”. Relató que se hisoparon las maderas, los techos, para conocer su estado. Y que “las barricas viejas fueron al museo”. 

Llaman la atención las tulipas de cemento y las grandes ánforas de arcilla, exclusivas de la bodega, de unos 1800 litros de capacidad, de una mezcla de arcilla y piedra molida, que permite la micro oxigenación. Son para elaborar la línea Lahusen. Las enormes tulipas de cemento, de interior rugoso, de unas 8 toneladas de peso, tienen su origen en la antigua Roma; éstas son de la fábrica Nico Velo, de Italia y pueden alojar unos 3800 litros cada una. Los tanques de acero inoxidable, de unos 10.000 litros aproximadamente, brillan en la semi oscuridad.

La arquitecta añade que la obra de la bodega llevó 2 años de trabajo. Es impactante ver el desarrollo de las obras y conocer cómo ingresaron las inmensas ánforas, tulipas y tanques!

Vamos transitando por la cava, hacia la zona de los espumosos, mitad Chardonnay y mitad Pinot Noir, que descansan inclinados en los pupitres. Luego nos internamos en el “infiernillo”, pasillos con vinos del museo, con botellas de 1960 en adelante. Buscamos famosas etiquetas entre las polvorientas pilas.

Debajo de un grueso vidrio, se pueden observar las antiguas piletas originales, que podían alojar unos 200 mil litros. En la zona de barricas, nos invitan a disfrutar la experiencia de la “degustación directa” de un Tannat 2021. Observamos el pulcro laboratorio y pasamos a la sala de envasado y etiquetado. Se nutren de lo mejor de la tradición bodeguera y los más modernos procesos de vinificación para producir sus famosos vinos Los Cerros de San Juan.


Almuerzo en el Almacén de Piedra

Eran las 13.30 cuando fuimos invitados a la zona del pueblo. Allí se luce el Almacén de Piedra, la panadería con el segundo horno más grande de Uruguay (atendido por la tercera generación); enfrente se ubica la escuela, la antigua administración y 24 casitas del más puro estilo inglés, que pronto se van a reciclar para recibir huéspedes. Las instalaciones fueron declaradas Patrimonio Histórico en 2014.

“La segunda parte está por venir”, explicó Germán Guardado, El reciclaje se encara “con un equilibrio entre innovación e historia”, para lo que será una posada boutique, en consonancia con el lema del establecimiento: “un largo camino en búsqueda de la excelencia”.

En el gran mostrador del Almacén de Piedra, pudimos degustar un Lahusen Gewurztraminer y un Cuna de Piedra Sauvignon Blanc, que acompañaron unos deliciosos abre bocas (sutil la bruschetta de calabaza asada y queso de cabra). Se sumó un maravilloso y aromático Blend de Blancs de la línea roble de Maderos. A la sombra de los árboles se habían dispuesto las mesas para el almuerzo; junto al Gigot de cordero braseado al Tannat con puré de boniato zanahoria caramelizado y gremolata, llegaron los espectaculares Pinot Noir Lahusen y los Maderos Tannat y Cabernet Sauvignon.  

Hicimos una breve incursión al viñedo, donde el enólogo nos dio datos sobre los cuadros, casi prontos para la vendimia.

Al regreso a las mesas, nos esperaba un delicioso flan de dulce de leche acompañado de crema batida, que cerró el menú elaborado bajo la responsabilidad del chef Alejandro Bartel. Un brindis con el espumoso Lahusen Extra Brut Rosé, “¡por la vuelta!”, precedió a la foto del grupo. ¡Y todos nos fuimos con un reserva roble Cabernet Sauvignon 2019 Cuna de Piedra!

 

Entrada a Los Cerros de San Juan

 

Antiguo logo de la estancia y bodega Los Cerros de San Juan

 

La bodega de piedra

 

Centro de visitantes y surtidores originales

 

Una de las ánforas de arcilla

 

Los cabernet Maderos en reposo

 

Los espumosos

 

Barricas

 

Enólogo Rodolfo Bartora: degustación directa de la barrica

 

Lahusen Gewurztraminer y bruschettas de calabaza asada y queso de cabra

 

Victoria Sagasti, arquitecta Anabella Díaz, María Shaw, Rossana Crosta

 

¡Mesaza

 

Visita al viñedo

 

Prontos para la vendimia

 

Anfitriones y comunicadores entre viñas