Destino termas: Paysandú

por María Shaw y  Eduardo Segredo

El Ministerio de Turismo, junto con las Intendencias de Paysandú y Salto, organizó el “Fam Press” que se desarrolló el 13, 14 y 15 de agosto.

Un grupo de nueve periodistas de medios de comunicación de varios departamentos, acompañados por representantes del MINTUR: Paula Morán, referente territorial de la Región Litoral; Carlos Coutinho, coordinador de la Región Litoral; Gabriel Buttafuoco, división Marketing, Comunicación Institucional, y el fotógrafo Leonardo Correa, salimos de Tres Cruces muy temprano en un cómodo bus de la empresa Turismar; Amalia y Luis Irigoyen, gerente comercial de la empresa, también eran de la partida. El CIPETUR estuvo representado por Ma. Elisa Fernández, Eduardo Segredo y María Shaw.

Sobre las 11.00 horas arribamos a Paysandú y fuimos directo al Museo Monumento a la Perpetuidad, donde nos esperaba José Manuel Galván, director de Turismos de Paysandú e Inés Zeni, de esa oficina; Flavia Iavecchia, presidente de la Comisión de Turismo del Centro Comercial e Industrial de Salto (quien nos acompañó durante casi todo el periplo) y Soledad Ferreira, de Pigmento.

Era la segunda vez que visitaba el “cementerio viejo”, y me volvió a atrapar la historia, la arquitectura, las hermosas esculturas… La culpa fue del Prof. Alejandro Mesa, quien destacó la relevancia del arte funerario como parte del patrimonio, que refleja la sociedad de su época, sus valores, su representatividad social y credos religiosos. Nos incitó a descubrir símbolos, desde reminiscencias egipcias a sajonas, masónicas o católicas, en las monumentales obras de arte de mármol de Carrara que fueron realizados mayoritariamente por maestros italianos (y que fueron traídas en barco hasta Montevideo y luego en carretas). La antigua necrópolis (que habría empezado a construirse en 1835 y finalizado su obra hacia 1853), -único museo funerario del país- fue declarada Monumento Histórico Nacional en el año 2004. 

El Teatro Florencio Sánchez es una de las joyas de la ciudad. Inaugurado en 1876 como Teatro Progreso, -nombre que mantuvo hasta comienzo de los años veinte- está ubicado en la peatonal 19 de Abril, entre 18 de Julio y Leandro Gómez. Es una de las obras de don Basilio Pinilla, uno de los grandes impulsores del desarrollo de la capital sanducera. El proyecto es del arquitecto Francisco Poncini; a lo largo de los años la fachada ha tenido varias modificaciones; la última reforma fue en 2018. Su aforo actual es de 550 butacas, su capacidad máxima es de 1000 localidades. El foso puede albergar una orquesta de hasta 45 músicos. El escenario despliega 10 metros de ancho por 12 de fondo y aún conserva su parrilla original. El telón de boca, de terciopelo bordó, está bordado en hilos dorados con las iniciales FS. En el teatro actuaron artistas de gran renombre, sobre todo españoles e italianos, Carlos Gardel y Los Iracundos, así como Juan Zorrilla de San Martín y Juana de Ibarbourou. En 1975 es declarado Monumento Histórico Nacional. Fue privado hasta 1981, cuando lo adquiere la Intendencia.   

A la hora del almuerzo, los directores de la Bodega Falcone nos abrieron las puertas para un encuentro de camaradería, bien regado por sus afamados vinos. Esta tradicional bodega, desde 1886 en la misma familia, lleva cinco generaciones trabajando en ella. Leonardo, la señora Rosa Cecilia y su hija Carolina se lucieron como anfitriones y sobre remarcaron que “la elaboración de un buen vino comienza desde el viñedo; hay cuatro factores que intervienen para poder llegar a vendimiar una uva realmente madura, capaz de reflejar toda la potencialidad de la variedad: cepa, suelo, clima y manejo del viñedo”. Eso hace que sus vinos sean suaves y redondos; destaca su emblemático Tannat, así como Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Marselan, Syrah y Chardonnay. Por la tarde, visitamos una parcela donde don Leonardo dio una clase de poda de las viñas. La Bodega Leonardo Falcone hace poco que recibe turistas, y bien vale caer por allí. Prueben el impresionante lechón a las brasas que marida muy bien con el tannat Abuelo Domingo!!

Continuamos el recorrido hasta Casa Blanca. ¡Había oído hablar mucho de ese pueblo y de su Pulpería! Está ubicado sobre el río Uruguay, a unos 15 kilómetros al sur de la capital sanducera. Tiene poco más de 350 habitantes, y surgió a partir de la instalación de la planta procesadora de carne vacuna más antigua de América del Sur, en 1806. Una curiosidad: el pueblo tenía porteras que se cerraban por la noche y el ganado quedaba protegido adentro, según relató el director de Turismo Josema Galván. Las casas conservan la fisonomía de mediados de siglo XIX, aunque pintadas en fuertes colores. Destaca la capilla Santa Ana (1886), la Casona de los Cuatro Vientos (1862) y La Pulpería (1860). Ésta aloja un refinado restaurante y salón de té, a orillas del río, abierto todos los días (menos los martes) de 11 a 23 horas.

Ya había caído la tarde cuando llegamos al hotel Salinas del Almirón, ubicado en la localidad con las únicas termas saladas de la región, que poseen propiedades curativas y emergen a 42°. Como otros alojamientos, aún están trabajando con 50% de su aforo. Es un hotel con régimen “all meals”, con 60 habitaciones, gimnasio, salas de reuniones y de recreación, bar y restaurante con servicio asistido, una piscina exterior a temperatura ambiente y una in-out a 36°. Hay mucho para ver y disfrutar en las cercanías.

La jornada del sábado 14 comenzó con una interesante conferencia sobre Guichón, a cargo de Carlos Urruti, quien nos sorprendió con información de un dinosaurio con nombre nacional: el “Uruguaysuchus aznarezi” (sus restos fueron encontrados en una estancia cerca de la ciudad de Guichón, incrustados en una roca rojiza, durante la excavación de un pozo), así como con datos sobre los pueblos originarios y algunos enigmas como el milenario “camino de los indios” y “la ruta de Viracocha” que nos comunica con Machu Picchu!! En la zona hay túmulos, petroglifos, menhires y cairnes (círculos de piedras). También destacan los palmares Butiá Yatay. Y un gran atractivo, como el río Queguay grande y la mayor área de monte nativo de Uruguay. Guichón  ofrece 12 circuitos y senderos con guías locales, para realizar caminatas, paseos en bicicleta, travesías en canoas, kayaks, botes, a caballo, en vehículos 4x4, mini bus, ómnibus y hasta en avioneta. Hay posibilidad de acampar y de realizar la “ruta de la lana” de artesanas locales, que también ofrecen sabores criollos caseros. A 85 kilómetros, se encuentra la estancia Buen Retiro, con el hoy famoso Castillo Morató, que se puede visitar sólo con guía local y luego de transitar un camino con badenes, que lleva aproximadamente 2 horas de ida. Dicen que vale la pena!!! 

Centro termal Guaviyú

“Las termas del fruto velludo”, las describió Oldemar Tolosa, de la Sociedad de Fomento de Guaviyú, y continuó detallando que fue y es “un lugar de encuentros amorosos para los sanduceros y salteños”. Ubicadas en el Km. 441.5 de la ruta 3, a 60 Km. al norte de la ciudad de Paysandú, las termas de Guaviyú son un verdadero oasis en medio de la campaña, recostadas sobre el arroyo tocayo. El complejo de 169 hectáreas, en un hermoso entorno de arbolados jardines, dispone de 7 piscinas abiertas, 1 piscina cerrada con 2 jacuzzi, con agua a una temperatura promedio de 38°. Cuenta con cabañas y moteles municipales y privados de diferentes categorías y tipos de habitación, así como un camping con capacidad para 700 plazas, con todos los servicios. Guaviyú fue el primer pueblo temático del departamento de Paysandú, “que nació de la naturaleza” y “es el éxito del fracaso de la búsqueda de petróleo”. Hoy, las termas de Guaviyú trabajan con un aforo de 800 personas por día, para quienes estén alojadas en sus instalaciones. El ministerio de Turismo apoyará a la intendencia de Paysandú en la remodelación de este centro termal.

Dentro del predio se desarrolla el “Sendero Guaviyú”, circuito guiado, que incluye interpretación de fauna y flora autóctona, así como avistamiento de aves. En las cercanías se encuentra el puente de ferrocarril más antiguo del país; y a 37 Km. la impresionante Meseta de Artigas.

Era la hora del almuerzo, y de continuar camino hacia el vecino departamento de Salto, que junto a Paysandú constituyen uno de los atractivos más relevantes de Uruguay: el Destino Termas. Pero esa es otra historia.

Foto de portada: Termas de Guaviyú.

Galería de imágenes: 1.- Museo Monumento a la Perpetuidad. 2.- Sala del teatro Florencio Sánchez (Foto Leonardo Correa). 3.- Almuerzo en bodega Falcone (Foto Leonardo Correa). 4.- Leonardo Falcone, demostración en el viñedo. 5.- Casa Blanca: capilla Santa Ana. 6.- Casa Blanca: La Pulpería. 7.- Charla sobre Guichón en Salinas del Almirón. 8.- Grupo en el Centro Termal Guaviyú. 9.- María Shaw y Eduardo Segredo, periodistas de turismo del CIPETUR.

 L/D

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