Viernes, 28 Abril 2023

Mendoza: un tesoro escondido más allá de viñedos y aventuras

Bitácora de emociones: día y noche en la vibrante Mendoza capital.

 

Por Jacobo Malowany

 

Luego de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Gobernador Francisco Gabrielli, también conocido como El Plumerillo, gestionado por Aeropuertos Argentina 2000, la fascinante capital de Mendoza nos da la bienvenida con sus vastos parques, modernas autopistas y una extensa terminal de autobuses que conecta a todos los centros turísticos de interés, tanto nacionales como internacionales.

 

Por supuesto, los principales atractivos son las rutas del vino y los paseos inolvidables por sus paisajes de montaña, ríos y valles diversos en toda la provincia, repletos de experiencias sensoriales en las bodegas, y adrenalina pura para los amantes del deporte aventura.

 

Esta es la primera nota de mi experiencia personal recorriendo Mendoza, conversando con sus habitantes y turistas que llegan de todas partes, y, sobre todo, transmitiendo la idea de que este destino es una parada obligatoria en nuestras vidas. Acompáñeme en este emocionante viaje por la capital mendocina, tanto de día como de noche, mientras descubrimos sus secretos y maravillas.

 

Alojados en una casa que alquilamos con todas las comodidades, superó nuestras expectativas al ofrecernos una cálida bienvenida en pleno centro comercial de la ciudad.

 

La primera parada fue la tradicional foto en una de sus plazas emblemáticas, donde posamos frente al icónico letrero de “Mendoza”. Allí tomamos el autobús turístico que nos permitió seguir el recorrido; a bordo, pasamos por puntos de interés como la Plaza Independencia, el Museo del Área Fundacional, la Basílica de San Francisco, el Mercado Central y la peatonal Sarmiento. Sus calles arboladas y las acequias, características de la ciudad, nos brindaron un paisaje encantador y dieron pie a numerosas explicaciones sobre la historia y cultura mendocina.

 

Uno de los aspectos más emblemáticos de Mendoza son sus acequias, que recorren la ciudad y proporcionan agua de riego para mantener sus calles arboladas y jardines en perfecto estado. Son parte de un antiguo sistema de riego construido por los indígenas Huarpes y posteriormente mejorado por los colonizadores españoles. Además de su función práctica, las acequias añaden un toque de encanto a la ciudad y reflejan la importancia del agua en esta región árida.

 

Mendoza también se enorgullece de su oferta gastronómica, basada en una rica cultura local. Las empanadas mendocinas son famosas en toda Argentina, por su delicioso relleno y masa crujiente, y se disfrutan acompañadas de una copa de vino de la región. La variedad de vinos producidos en Mendoza es asombrosa, con el Malbec como protagonista, pero también con otras cepas destacadas como el Cabernet Sauvignon, Syrah y Torrontés.

 

Parque San Martín

En el bus llegamos al Parque General San Martín; entramos por los Portones del Parque, una construcción emblemática, diseñados por el arquitecto y paisajista francés Carlos Thays, quien también diseñó el trazado del parque que se inauguró en 1909. Los portones, de estilo neoclásico, cuentan con cuatro columnas jónicas y un friso en el que se lee el nombre del parque. La siguiente parada es en la Fuente de los Continentes: situada cerca de la entrada principal del parque, una obra artística que representa alegóricamente a los cinco continentes. Fue realizada por el escultor francés Edouard Chassaing y donada a la ciudad de Mendoza en 1912.

 

Nos detenemos en el jardín de rosas, una de las áreas más destacadas del parque, con una amplia variedad de rosales de diferentes colores que brindan un espectáculo visual durante la temporada de floración. El Rosedal es un lugar ideal para disfrutar de un tranquilo paseo, tomar fotografías y apreciar la belleza de las flores.

 

De allí fuimos hasta el lago del parque, un hermoso espejo de agua rodeado de frondosos árboles y senderos. Presenciamos una competencia internacional de remo, que fue todo un disfrute; cada una de las largadas y el equipo que remaba para tener el mejor tiempo. Un edificio majestuoso corona el paisaje; es la sede del Club Mendoza de Regatas, una institución fundada en 1909, que se dedica a la promoción y práctica de deportes acuáticos y náuticos, especialmente el remo. Este histórico edificio, con su arquitectura señorial y elegante, se erige como un punto de referencia en el paisaje del lago, y es el lugar donde se llevan a cabo numerosas competencias y eventos deportivos a lo largo del año. La jornada de remos internacional que presenciamos, fue emocionante, con equipos de diferentes países compitiendo en una serie de carreras para demostrar su habilidad y velocidad en el agua. Los espectadores se reunieron a lo largo de las orillas del lago para animar a los deportistas y compartir la emoción de la competencia. Entre cada largada, aprovechamos para pasear por los senderos que bordean el lago y disfrutar de la belleza natural del entorno. Los árboles y las flores proporcionan sombra y frescura en un día cálido como nos tocó, y son habituales en gran parte del año, lo que hace que la experiencia sea aún más agradable. El evento deportivo fue un gran éxito, y pudimos ver cómo los equipos de remo trabajaban en perfecta sincronización y armonía para lograr el mejor tiempo posible. Fue un verdadero espectáculo ver la destreza y el esfuerzo de los atletas en acción.

 

Circular por el parque es realmente agradable, con sus amplias avenidas y senderos bordeados de árboles y flores. Nos encontramos con una exposición de productos artesanales, donde pudimos apreciar la creatividad y habilidades de los artistas locales. Además, no pudimos resistirnos a comprar las deliciosas nueces de la región, reconocidas por su calidad y sabor.

 

Tras disfrutar de las delicias y actividades del parque, decidimos subir al Cerro de la Gloria. Desde allí, pudimos contemplar una vista panorámica espectacular de la ciudad y los paisajes circundantes. Al llegar al punto más alto del cerro, nos encontramos con el imponente monumento al General San Martín, obra del escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari. Este impresionante monumento es un recordatorio de la lucha por la independencia de América Latina y un tributo al heroísmo de aquellos que participaron en ella.

 

Aristides

A medida que caía la tarde y para descansar de tan hermosa caminata, nos fuimos a cenar a Aristides. La noche se iluminaba por los carteles que guían el recorrido por esa arteria e invitan a disfrutar -junto a muchos turistas y locales- la vibrante vida nocturna de Mendoza. Las calles se llenan de risas y charlas animadas, mientras la música en vivo resuena desde los bares y pubs que bordean las aceras.

 

En un bar de vinos, los visitantes degustan exquisitas variedades locales, mientras se deleitan con las tapas y la amable conversación del dueño. A pocos pasos de allí, en una cervecería artesanal, los amantes de la cerveza intercambian historias y brindan por nuevas amistades. El aroma del café recién hecho se mezcla con el humo de un asado que se cocina lentamente en una parrilla cercana. Los grupos de amigos comparten platos de empanadas y picadas, disfrutando de la cálida noche mendocina bajo las estrellas.

 

Más adelante, un elegante lounge ofrece sofisticados cócteles y música en vivo, mientras que un bar temático atrae a los fanáticos del rock y el pop, con su ambiente nostálgico y una amplia variedad de bebidas. Saborear comida oriental, y un exquisito sushi fue toda la experiencia para la cena. Aristide es el corazón palpitante de la vida nocturna de Mendoza capital, un lugar donde los sabores, la música y las historias se fusionan, creando recuerdos inolvidables.

 

Bodega Patti

A la mañana siguiente, cargamos la tarjeta “sube”, algo obligatorio para usar el tren que atraviesa la ciudad para llegar hasta la localidad de Maipú. Recomendamos visitar la bodega del enólogo Carmelo Patti, por su buen trato y la interesante charla de un emigrante italiano que cuenta la historia de cómo llegó a la Argentina; ¡participar en una cata de sus vinos es todo un placer! Al salir, recorrimos la plaza principal de Maipú, recién remodelada, con su iglesia y sus encantos de pueblo.

 

Hasta aquí la primera nota de mi visita. Mendoza es un tesoro escondido, más allá de sus mundialmente conocidos viñedos y aventuras al aire libre. ¡Es que esta provincia argentina tiene mucho más para ofrecer!

 

En mi próxima nota, les contaré la experiencia en las bodegas de la región del Tupungato, ubicadas en el corazón de la provincia de Mendoza, a unos 80 kilómetros al suroeste de la capital. Esta región es conocida por sus impresionantes paisajes, con la majestuosa Cordillera de los Andes como telón de fondo, y por ser hogar de algunas de las bodegas más prestigiosas del país. Pero eso será tema de la siguiente entrega de mi bitácora de emociones viajeras, en la que compartiré la experiencia de explorar las bodegas de Tupungato y de degustar sus exquisitos vinos. ¡Hasta la próxima!

 

 

Puerta de entrada al Parque San Martín

 

Lago del parque

 

Feria comercial artesana en el Parque San Martín

 

Teatro Independencia

 

Monumento al Gral. San Martín, obra del escultor uruguayo Juan M. Ferrari en el Cerro de la Gloria

 

Arisitides, centro de ocio

 

Zona gastronómica

 

Enólogo Carmelo Patti en su bodega