Martes, 25 Agosto 2020

Viñedos y olivares del Quintón

Colonia ganó otro atractivo turístico, que se suma a los muchos con que cuenta ese departamento.

por María Shaw

Hace poco oí hablar de esta nueva propuesta de enoturismo. Al buscarla en Google me sorprendí por las instalaciones, y a los pocos días, por invitación de CORU, el Cluster de Operadoras Receptivas del Uruguay y de la dirección de turismo de Colonia, tuve la oportunidad de visitarla.

Es fácil llegar; por la Ruta 1, en el kilómetro 164 se toma por la ruta 50 hacia Tarariras, y en el kilómetro 17,5 está la portera de acceso a los Viñedos y Olivares del Quintón. Toma su nombre de un arroyo que corre por ese paraje, entre lomadas y planicies; el atractivo paisaje que bordea un lago, con un ecosistema único en la región, entre rocas, abundante vegetación, flora y fauna, permite que se vivan experiencias sensoriales al pie de las plantaciones de viñas y olivos.

Los olivares

El cultivo de las variedades de arbequina, frantoio, barnea y picual se desarrolla en una superficie de 120 hectáreas, con riego por goteo y cosecha mecánica de las aceitunas. En la almazara, se realiza el proceso de elaboración de los aceites de oliva extra virgende selección premium“Piedras del Olivar”. Se reutiliza todo: los carozos como material de combustión y las hojas como materia orgánica para los suelos. Se trabaja con eficiencia energética, favoreciendo el consumo mínimo de agua, ayudando a la constante sostenibilidad del planeta.

Los viñedos

Malbec es la reina, y la Syrah es la dama de compañía, en un predio de siete hectáreas, en parcelas que rodean el casco. Las uvas crecen a los 34° de latitud sur, conducidas en sistema Guyot en espaldero alto. La labranza del viñedo conjuga el arte de lo manual y la perfección de la mecánica. Como en todo Uruguay, la cosecha de este año ha sido excepcional.

La vinificación se realiza en bodega propia, concebida bajo el concepto de bodega gravitacional. Las barricas de roble francés conservan el producto en un ambiente único y con una humedad óptima del terruño en donde las uvas son cultivadas. Las construcciones se lucen con la piedra del lugar.

Las casas

El casco principalse desarrolla inspirado en el estilo colonial, abrazando un patio con aljibe. En un cómodo living comedor se brinda la bienvenida, con una presentación y un video institucional. En dos pisos se despliegan varias habitaciones -por ahora sólo alojan a la familia argentina propietaria- que pronto se pondrán a disposición de visitantes. La gran cocina, con comedor diario, llama la atención por su calidez.

Una barbacoa, también construida en piedra,es el lugar elegido para una cata de aceites de oliva, acompañada de panes caseros y sabrosas aceitunas, seguida de un almuerzo con  chorizos y carnes a la parrilla, y ensalada criolla, bien regado con un estupendo Malbec, para luego disfrutar de un riquísimo flan con dulce de leche.

Volvimos a Colonia del Sacramento, distante a unos 30 minutos, con ganas de regresar a un sitio que sin duda se va a convertir en un paseo obligatorio para quienes vayan a ese departamento de tantos atractivos. Las visitas turísticas se deben coordinar previa reserva en la web www.vyodelquinton.com

L/D

www.cipetur.com