Jueves, 13 Agosto 2015

La obligación de estar conectados invade todos los ámbitos

En el siglo XXI existe una instantaneidad comunicativa. Todos se comunican las 24 horas, parecería que NO hay barreras para impedirlo. El internauta se conecta para dar su opinión, criticar posturas de otros o para recibir “likes” al contenido colgado en red, también crea y comparte noticias en formato digital y las “viraliza”.

por  Ma. Elisa Fernández Delgado

Estas podrían ser acciones comunicativas que suceden en sociedades abiertas donde la información y la comunicación son abundantes y aparentemente libres, pero ¿quién tiene el control?

Antecedentes de la comunicación

Aristóteles sostenía que el hombre es un “ser social por naturaleza”, y por tanto, la comunicación entre las personas es vital para su relacionamiento, y a lo largo de los siglos transcurridos ha  cambiado en la forma de comunicar, dependiendo muchas veces de las herramientas que se inventaban e introducían en el mercado y en la sociedad, pero esto llevó también a cambios del comportamiento social. En el Medioevo, la comunicación se caracterizaba por el contacto inmediato entre el comunicador y su audiencia, se  basaba en la solidaridad y homogeneidad del grupo socio-económico, donde  el mensaje escrito surgió como medio de comunicación específico de las élites, por ser quienes sabían leer, escribir y esto les permitía  definir contenidos.

La mejora en el nivel de educación, extendió el uso de la correspondencia, sobre  todo entre gobernantes para facilitar  el intercambio de información. La comunicación oral era de uso corriente para compartir experiencias intelectuales en el marco colectivo.  El papel y su disponibilidad, permitió la alfabetización que fue en aumento a medida que se extendían  las máquinas y las fábricas. Con la aparición de la imprenta, y sus efectos, iba a sentirse en todas y cada una de las áreas de la actividad humana otras formas de hacer comunicación.  Tiempo después de la Revolución Industrial de fines de siglo XVIII, se pasó de la invención del teléfono, a la radio, y después a la televisión a mitad del siglo XX, estos medios son de carácter colectivo. En las últimas décadas de s. XX se pasa a la informática, y hoy s. XXI a los multimedios digitales generalizados. Este último avance técnico es el que ha provocado un cambio abrupto en el comportamiento social relacionado con la comunicación masiva, con la libertad y la cantidad de información que se comparte.

Estos adelantos y cambios a favor de las personas, suponen una sociedad que debería ser más abierta gracias a la evolución de la técnica, pero han provocado un cambio en los valores y en la formas de relacionarse. Los medios masivos digitales son de carácter individualista. Los estudios sobre comunicación comenzaron recién a mitad del siglo XX, pero al masificarse los medios, sobre todo, los electrónicos se evidencian los primeros cambios por la introducción de la tecnología en la vida cotidiana. Hasta la mirada sobre la ciudad cambia, pues el flaneur romántico que antes  buscaba experiencias distintas con solo recorrerla, ahora ese caminar se ve invadido y absorto entre auriculares, focos de luz, marquesinas y hasta se lo vigila con cámaras que controlan su  caminar por las calles, además de otras personas.

Si se hiciera  un paralelismo entre la relación de la tecnología con la ciudad, el resultado se podría  denominar “tecnología social” porque se origina y desarrolla en su entramado, pero también en la instantaneidad de las relaciones humanas que en ella se dan, en relación a las percepciones del espacio y del tiempo actual. De este contexto, surgen en forma  constante los SMS, whatsapp, twitter y otras formas de comunicar, estos son los canales de comunicación más sólidos y masificados que existen, y por tanto, son los más reconocidos en sus  diversos formatos como acciones comunicativas.  Por tanto, se podría afirmar que la comunicación es fundamental en la vida de las personas. Si se toman los tres ejes planteados en la Revolución Francesa, vemos que la igualdad  - ha sido la bandera de lucha del siglo XVIII – que aseguraba los derechos impostergables de las personas sobre todo en democracia; la libertad de las personas implicó - la libertad de información y de comunicación -  las que han sido relevantes para las relaciones del siglo XIX; por último, la fraternidad - es a lo que habría que apostar en este siglo - para mejorar las relaciones sociales de masas, más allá de las propias relaciones entre personas.

El avance que, hoy por hoy, ha logrado la técnica ha permitido la evolución de los medios y el pasaje de una sociedad industrial - con máquinas y muchas fábricas -  a la sociedad de la información, con base en la comunicación y en la información. En este tipo de sociedad, la técnica se ha inmiscuido en la comunicación y en sus resultados en donde hay que intentar comprender las relaciones  que se dan entre el sistema técnico, el modelo cultural y el proyecto que se tiene de sociedad, estos elementos son los que dan a comprender la comunicación contemporánea. Donde informar no consiste sólo en dar forma a una noticia, no es lo esencial, como tampoco es relevante la técnica, sino lo cultural y social del contexto a transmitir.

Los medios de comunicación de gran público

Estos medios son considerados populares y entre ellos se encuentran: la televisión, la radio y la prensa. Si se analiza, a grandes rasgos, al primero de ellos se lo caracteriza por divertir a las masas, ser un medio democrático con acceso a gran cantidad de personas para estar informadas, acceden a la cultura, cuentan con la característica destacable de que, aquello que se ve luego se comenta y se habla como objeto de conversación, y opera como vínculo social tanto para personas solas, como en grupo. Es el espectador quien elige lo que verá dentro de la oferta que programan otros. También, hay críticos de este medio que lo tildan de banal y de adoctrinar a los espectadores, no hay que olvidar que no todo está alcance del receptor como se creería pues los casos conocidos de espionaje hasta entre países, presidentes, empresas, corporaciones hacen del sistema de comunicación que no todo es lo que se ve, ni el sistema seaa tan abierto como se cree.

Los medios de comunicación individualista

Las nuevas tecnologías – TICs permiten interactuar con otros, escribir contenidos, remitir mensajes y hasta crearlos y vincularlos en red. La autonomía que da la organización de las tareas y la velocidad con la que se pueden realizar los destaca per sé,  además tienen libertad individual  y gran capacidad para trabajar en poco tiempo. Las nuevas tecnologías actúan sin intermediarios, sin filtros y sin jerarquía. Lo que importa es el tiempo real, para actuar y obtener un resultado esperado. Donde se comparte y participa en Red la que cuenta con abundante información, supone también que quien está en la Red puede auto-promoverse. El que navega puede contactar personas, crear contenidos y colgarlos para que otros lo lean, lo modifiquen, le agreguen fotos, imágenes, puedan armar bases de datos, etc. El límite es la propia competencia del individuo. También, incluye varias aplicaciones para trabajar, informarse, conocer, diseñar, dibujar, escuchar, ver películas, hasta salvar distancias, etc. Pero es el individuo el que está por horas sólo frente a la computadora  en una “soledad interactiva” con una comunicación invadida por la técnica, estas nuevas tecnologías son una herramienta de comunicación e innovación importante, pero la tecnología no debe ni puede suplantar la comunicación a distancia, por la comunicación cara a cara.

Las  nuevas tecnologías sobredosis de comunicación ¿y en el turismo?

La llegada de internet  también ha puesto en tela de juicio la existencia de múltiples empresas y actividades, más allá del exceso de información existente en la Red, entre otros, Internet  ha hecho que cambie las formas de comprar los clientes, por ejemplo si nos  remitimos al tema viajes en Turismo ¿Pueden las TICs acabar con el modelo de las Agencias de Viaje? La alternativa para este negocio podría ser la especialización como forma de reconversión del negocio. Es decir, hoy por hoy, los más jóvenes hacen suyo la forma de averiguar y hasta de reservar los pasajes y las estadías en diferentes lugares del mundo al conectarse por Internet a través de los diversos sitios online se puede hacer reservas y hasta comprar, pero también están los sitios dedicados a alojamientos, excursiones, pasajes entre ellos: Arccor,  Booking, Airbnb, Google, Renfe, EasyJet…Estas empresas deben conocer los hábitos de los clientes a la hora de comprar, pero también los de la sociedad que han implementado las nuevas tecnologías, a pesar que hay quienes aún se resisten.

De la disponibilidad continúa a la libertad de la desconexión

En menos de 20 años se ha pasado del gusto por la conexión, al deseo de la desconexión de algunas personas, pues se hace consciente la inmediatez de la comunicación. Se ha convertido en la ansiedad de la no espera, estrategias para acortar plazos y generar constante actividad. Esto lleva a un acelere general por hacer gran cantidad de cosas. La urgencia se contagia hasta en el espacio privado que está des-protegido porque no cuenta con distancia entre los mundos a los que pertenece. La sensación de desborde provoca agobio, una fatiga tecnológica que permite a quien se da cuenta a tiempo que se puede y debe desconectarse total o parcialmente. Existe, posibles prácticas de desconexión voluntaria que permiten la desintoxicación comunicacional-informativa, desconectarse está perdiendo, poco a poco, la connotación negativa que hasta hace poco tenía en la sociedad.

El uso constante de los medios tecnológicos - provoca una conducta adaptativa que dificulta la creatividad personal, la capacidad crítica y la toma de decisión, puede limitar la libertad de acción. La opción probable es tomar una decisión personal de desconectarse, al menos por un tiempo durante cada jornada, para lograr recuperar algunas de las pérdidas, en lo social, cultural que se sufre. La  instantaneidad comunicativa del siglo XXI ha llevado a poder comunicarse todos con todos, no existen barreras para enviar un Twitter a un presidente, o contactarse con un deportista por Facebook, y aún así, el internauta que reside en otro continente se conecta para dar su opinión, criticar posturas de otros a nivel global o recibir “likes” al contenido colgado en Red. Son acciones “comunicativas” Asimismo, lo que se cuelga  puede ser público, y por tanto, opinable a otros. Los internautas reciben y emiten mensajes múltiples, todos interactúan y hasta se confunden los papeles de unos y otros, pero el gran volumen de información no significa que todo es público, y abierto, hay hackers, espionajes, y secretos también.

CONCLUSIÓN

¿Cómo se vivía antes sin internet? e incluso cuando la Red se desplegó y sedujo a todos los públicos, la profesión del periodista también cambió, pues la capacidad de leer, la necesidad de estar informado o surfear todo lo que se produce cada día, son cambios en la profesión. La hiperconectividad hace creer que siempre estamos perdiendo algo. Si la persona que usa a diario una computadora no se conecta siente  una pérdida por quedar al margen de las oportunidades. Si el sistema falla o está lenta  la conexión se desespera… por tanto, se busca estar siempre integrado, disponible y accesible. El estado de conexión permanente invade todos los ámbitos válidos, el social con amigos, la comunicación con la familia, con las instituciones y hasta con los niños. El ser humano ha vivido su vida en paralelo con las máquinas y la tecnología que en principio era para acelerar procesos comunicacionales, mejorar tareas y demás resultados positivos, pero hoy se puede ver cómo los individuos no han  sabido establecer límites para no estar siempre en uso de las TICs, pues no se toma en cuenta la salud físico-mental, tampoco el esparcimiento pleno por estar conectados en todo momento. La vida contemporánea se ha construido dentro de un ambiente comunicacional total, hoy comienzan a darse casos que reivindican la pausa como derecho y no se atienden todas las solicitudes de conexión. Aún falta re-pensar cómo seguir construyendo un ser humano social.

L/D

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