Miércoles, 23 Julio 2014

Un paseo por los sentidos en el país de los Incas; día 1, mediodía

En una breve visita por Perú el equipo de Vino y bebidas vivió una experiencia en donde los sonidos, colores, aromas, texturas y sabores se transformaron en una fiesta sensorial.

por Daniel Arraspide

Entre restaurantes de Lima y los trescientos kilómetros que distan hasta Ica, muchos paisajes, platos de una riquísima gastronomía, excelentes Piscos, y la cordialidad de los peruanos fueron destaque.

Les dejamos una reseña de lo vivido y algunos tips para los que piensan visitar estas tierras. Eso sí, prepárense para vivir una experiencia inolvidable!



Tres días son realmente muy poco tiempo para conocer, no decimos Perú, sino solo Lima, la capital de este país con más de 30 millones de habitantes y que entre costas, sierras y montañas, e inclusive selva ofrece una diversidad al viajero que se traduce y expresa de forma sublime a través de su cultura gastronómica. Sin embargo ese era el tiempo con el que contábamos, así que la idea era aprovecharlo a full.





Llegar al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (en la Provincia del Callao) supone contratar el servicio de un taxi, o alquilar un auto con GPS (si se es un poquito más aventurero) para moverse de forma confortable y no tener que utilizar el complicado transporte público conformado mayormente por vans colectivas, micros, ómnibus y los económicos “mototaxis”.



En nuestro caso la opción en cuanto a alojamiento había sido la zona de Miraflores (a unos 17 kilómetros del aeropuerto) lugar en el cual la oferta hotelera es muy buena y abundante, con excelentes hoteles de 4 y 5 estrellas a precios para nada prohibitivos.




Miraflores es realmente un distrito muy bello, localizado sobre la costa del Océano Pacífico, al sur del centro histórico de la ciudad, en donde tiendas de todo tipo, museos, teatros, casinos, parques, malecones, un bellísimo shopping (Larcomar), y una impresionante oferta en materia de restaurantes – entre otros atractivos – hace que sea el lugar ideal para establecer una base o inclusive para quedarse allí mismo sin tener necesidad de recorrer otros distritos.



Y si de lugares populares se trata, la visita a la La Lucha “Sanguchería” es casi que obligatoria para todo mortal que transita por Miraflores.

Localizada frente al Parque Kennedy es un lugar donde lo simple y lo sensacional conviven si es que se quiere comer rápido y por poco dinero: “sanguches” con carnes de lechón, pollo, pavo, lomo (todos cocinados “a la leña”) con agregado opcional de la casi omnipresente cebolla morada, y “cremas” riquísimas.

Para regar este simple pero gustoso bocado (que tiene buenas dimensionas) nada mejor que los jugos que se preparan en el momento con frutas clásicas (naranja, durazno, piña) y los más exóticos de lúcuma, guanábana, y aguaymanto. Rico es poco! Un lunch a media mañana para dos personas con dos “sanguches” y dos jugos tuvo un costo de 47 soles (17 dólares)

Caminata mediante por el parque – que en estas fechas patrias luce los colores rojo y blanco de la bandera peruana – se hizo la hora de tomar rumbo hacia Chorrillos (un poco más al sur) en donde el propósito era almorzar en el Restaurante Mirasol (localizado en donde comienza la subida al Morro Solar)

El paisaje previo cuando circulábamos por la costanera (“Circuito de Playas”) nos tentó a parar para tomar algunas fotos y así llegamos al restaurante una hora más tarde a la marcada en la reserva, pero ello no fue motivo que le restara amabilidad a la atención del personal y propietario del lugar.



De ambientación típica que recuerda a las marisquerías costeras, el lugar cuenta con dos plantas y una linda barra en el piso inferior. Para nuestra fortuna tuvimos la suerte de conseguir la última mesa disponible en un saloncito de la parte alta con vista directa al malecón de Chorrillos.

La idea era probar algo típico, así que para comenzar nuestra opción fue pedir un ceviche (el de nombre Mirasol que se prepara con pescado blanco de carne bien firme y que encima trae “chicharrón” de calamares) además de una porción de conchitas negras a la parmesana. Para regar estas especialidades marinas: un chilcano tradicional (Pisco, ginger ale, y hielo) y un chilcano “macerado” de guinda.



Ambas entradas (servidas más que abundantes) llegaron a la mesa y tuvieron un éxito rotundo, lo que obligó a pedir un solo plato principal que optamos por compartir. Increíbles los sabores de la causa de langostinos y cangrejo, con el puré de papas amarillas súper cremoso, la palta en su justa madures, la textura de la carne de los mariscos en su punto, y el toque de la crema de ajíes con un sutil picor, conformando todo una armonía de sabores de mar y tierra verdaderamente excelentes. Para la causa elegimos cerveza local rubia.


Una copa de helados artesanales elaborados con frutas locales complementó el menú de nuestro mediodía que incluyó las dos entradas, el plato principal, dos tragos, un agua mineral, y dos cervezas por la módica suma de 156 soles (56 dólares) con servicio incluido.


Si alguno notó que hasta aquí no hemos bebido ningún vino, no se preocupe, no solo de vino vive el hombre!




Tips….


Conducir un coche en Lima – entre las casi incesantes bocinas – requiere el ejercicio de mimetizarse entre un tránsito bastante desordenado y propio de una metrópolis muy grande, pero muy bien señalizada vialmente y con vías “expresas” en donde el transito fluye de manera efectiva. Luces de giro (señaleros) parecen inexistentes para buen porcentaje de los conductores peruanos.


“Poco picante” para un mesero peruano puede ser de todos modos mucho picor para aquellos desprevenidos paladares que siempre le esquivan. Así que para quienes son sensibles al picor lo mejor es pedir si le pueden preparar su plato directamente sin picante.


“Chicharrón” es el nombre que reciben las frituras (rebosadas en algunos casos) que en otros países como Uruguay suelen recibir el nombre de miniaturas. Las hay de cerdo, pollo, pescado, mariscos, y todo tipo de carnes.



“Helada” es la palabra utilizada para pedir una bebida (como agua mineral o refrescos) cuando se los quiere fríos y no a temperatura ambiente. Es conveniente pedir la bebida de esa forma al mesero.



publicadon en www.vinoybebidas.com

 

L/D

www.cipetur.com