Jueves, 29 Mayo 2014

Vinos que armonizan con el frío

Hemos seleccionado tres grandes tintos. El criterio usado? Viejas cosechas con potencial de guarda, varietales representativos del terroir. Un argentino, un brasileño, y un uruguayo.

por Sommelier Daniel Arraspide

Pero por sobre todas las cosas, etiquetas que hagan un buen casamiento con platos de sabores potentes, de esos que calientan no solo el cuerpo, sino también el alma.

Así como año a año el invierno cumple su ciclo, nosotros – los consumidores de vinos – cuando los fríos se instalan comenzamos a mirar con otros ojos aquellas botellas de tintos robustos guardadas en la bodega personal “para alguna ocasión especial”. Hablamos de esos vinos que normalmente no se consumen todos los días, ni cuando el clima más ameno o templado hace que nuestras opciones vínicas transiten por el lado de blancos, rosados, o tintos leves.



Ello no quiere decir que la estación del año condicione o encasille para beber un tipo específico de vino, pero sí que con determinados platos y preparaciones unos vinos sean más indicados que otros. Suena difícil imaginar un ligero y fresco ceviche de pescado blanco acompañado con uno de los vinos que hoy recomendamos, como también a la inversa resulta casi imposible pensar en disfrutar de una cazuela de cordero y hongos acompañada de un vino blanco ligero y aromático. Si bien para la oportunidad no hemos seleccionamos “platos de olla” (con la sola excepción de una polenta) nos hemos basado más que nada en una gastronomía de mucho sabor, bien condimentada y que no pasa por el lado de lo sutil.


Por estas razones expuestas nos pareció acertado elegir tres etiquetas de nuestra cava, tres vinos que nos resultan más allá que impactantes, gastronómicos. Se trata de tres expresiones auténticas, concebidas en base a una materia prima de la que no en todas las vendimias se dispone (sobre todo en los países con influencia oceánica como son Brasil y Uruguay) pero que - coincidentemente - en la zafra 2008 permitió a los enólogos argentinos, brasileños y uruguayos aprovechar y materializar en pocas botellas algo que casi como raras joyas no se exhibe todos los días.




Malbec, Merlot, y Tannat son las tres viníferas en cuestión, seleccionadas para armonizar con platos en base a nobles carnes de cordero, codornices y jabalí; sustanciosas y calóricas preparaciones que se configuran casi como cómplices para despertar y potenciar los cinco sentidos.



Los elegidos son….




TRAPICHE MALBEC VIÑA CRISTINA Y BIBIANA COLETTO 2008 (Bodegas Trapiche) – Sin dudas que el Malbec gusta (o se adapta) de maravillas a los viñedos de altura, como en este caso que las uvas son cultivadas a 1.127 msnm por las hermanas Coletto en la localidad de El Peral en Tupungato (Valle de Uco, Mendoza) Se trata de uno de los tres mejores vinos Malbec de la cosecha 2008 de acuerdo a lo interpretado por el competente Daniel Pi, jefe de enología de Trapiche, y que se muestra con una coloración roja muy intensa y ribetes violáceos, denso en la copa. Sus aromas nos recuerdan a las ciruelas rojas muy maduras y a las frutas silvestres como las grosellas, todo muy bien amalgamado con notas acarameladas, de vainilla y los sutiles ahumados provenientes de las barricas de primer uso. Jugoso, voluptuoso, y muy elegante, este es un vino magnifico para colocar al lado de un gigot (pata trasera) de cordero arrollado confitado con mix de vegetales asados.




PIZZATO DNA 99 SINGLE VINEYARD MERLOT 2008 (Pizzato Vinhas e Vinhos) – En el año 1999 la familia Pizzato vinificaba por primera vez, y ese primer vino fue un Merlot del mismo viñedo que dio origen (nueve años más tarde) a este gran exponente de la vitivinicultura brasileña moderna muy bien interpretada por el enólogo Flavio Pizzato, quien acompañó todo el proceso desde la conducción del viñedo hasta la crianza del vino. De espalderas cultivadas al lado de la pequeña bodega localizada en pleno corazón del Vale dos Vinhedos es de donde nació la fruta que en un régimen de bajísimos rendimientos dio origen a este vino de color rojo granate con reflejos muy vivos, aromas complejos de frutas en compota, toques ahumados y taninos nobles. Destaque para su carácter mineral y por una acidez justa que lo torna un vino muy equilibrado, más que recomendable para acompañar una polenta cremosa con toques de queso azul y ragú de codornices con hongos.




MASSIMO DEICAS TANNAT CRU 2008 (Familia Deicas) – Proveniente de uvas cultivadas en los viñedos propios que la familia cultiva entre Progreso y Juanicó (en el Departamento de Canelones) y con una doble selección, primero de racimos y luego de granos, el mosto fermentó en foudres de madera de 5.000 litros con un riguroso control durante todo el proceso de vinificación, que dio paso a una larga crianza en barricas y botella antes de su puesta en el mercado. Un excelente trabajo que fuera dirigido por el enólogo José Lez (que por aquel entonces se dedicaba a hacer vinos) Así se obtuvo un tinto denso, de color oscuro, aromas a frutas rojas muy maduras que conviven con las especias, el tabaco, leves notas animales, y de madera noble. De cuerpo rotundo, es un caldo que se muestra con taninos presentes y pulidos, de gran persistencia en el paladar e ideal para hacerle frente a una paleta de jabalí marinada en aromáticas y vino tinto en lenta cocción al horno.


 

publicado en www.vinoybebidas.com

 

L/D

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